Hoy cerramos el mes de julio con nuestra participación en dos bodas celebradas en Donostia.
Dos bodas, ambas ceremonias religiosas, que casi coinciden en el horario y que han tenido lugar en ubicaciones muy cercanas.
La primera de ellas ha tenido lugar en el Santuario de Lourdes Txiki. Un txoko de Igeldo que resulta desconocido para muchos donostiarras.
La segunda se ha celebrado en la Torre Satrústegi. Un palacete ubicado en uno de los enclaves más privilegiados de San Sebastián.
Otras dos bodas en las que hemos participado durante el día de hoy. Una de ellas, además, por partida doble.
En la primera de ellas, hemos estado en la iglesia de San Vicente de Donostia. Una iglesia que ya hemos visitado en varias ocasiones durante este año.
La segunda se ha celebrado por la tarde en el Palacio de Miramar. Una vez finalizada la ceremonia nos hemos traslado al restaurante Mirador de Ulía para tocar durante el cocktail.
Hoy, de nuevo, hemos tenido que duplicar nuestro trabajo. Estamos en plena época de bodas y no paramos... pero tenemos recursos, energía y muchas ganas de seguir mostrando y compartiendo todo lo que hacemos.
No hemos salido de Donostia, dos iglesias, dos ceremonias, dos celebraciones, dos parejas... pero cincuenta años de experiencias y vivencias que las diferencia.
Fin de semana intenso y variado, en el que hemos participado en 3 bodas diferentes.
Hemos estado en Donostia, en Azpeitia y en Orio para poner música en 3 ceremonias, dos de ellas civiles y una religiosa.
Asimismo, cada una de nuestras actuaciones ha sido con un repertorio y una agrupación diferente. Adaptándonos así a los requerimientos de las parejas que nos han contratado y a las características de cada una de las bodas.
La boda en la que hemos participado hoy se ha celebrado en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en Hondarribia.
Una mañana lluviosa, pero que nos ha permitido disfrutar de las maravillosas vistas de la bahía de Txingudi que se pueden contemplar desde el mirador que hay junto a la ermita.
Javier y Eli nos contrataron para poner música durante la ceremonia. Una celebración breve pero con mucha música, en la que hemos contado con la complicidad del oficiante.
Hoy hemos vuelto a la iglesia de San Pedro, situada en el puerto donostiarra, para tocar en una boda.
Una iglesia que es una de las grandes olvidadas por la mayoría de los donostiarras. Ubicada en pleno muelle donostiarra, es una construcción de piedra caliza que destaca entre las casas del puerto.
Ha sido una ceremonia para celebrar unas bodas de oro en la que las intervenciones de la familia han sido una constante que han aportado un extra de emoción.
Hoy hemos participado en la boda de Ainara y Xabier. Ceremonia celebrada en la iglesia de San Vicente, en la Parte Vieja donostiarra.
En esta ocasión hemos tenido el privilegio de disfrutar, una vez más, del órgano Cavaillé-Coll de esta iglesia. Un instrumento construido en 1868 y que es una de las joyas que tenemos en las iglesias de Gipuzkoa.
No suele ser habitual participar en una boda como la de hoy, con la música como parte fundamental de la ceremonia.
Una ceremonia musicalmente completa en la que se pudo también disfrutar del grupo de dantza Argia.
Aunque lo mejor, como siempre, el ambiente que tenemos los miembros del cuarteto Sotto Voce entre nosotros.
Lara y Jon nos contrataron para poner música en la ceremonia de su boda, celebrada en la iglesia Gurutzeaga de Aiete a las 12,00.
Nos gusta visitar esta iglesia, situada junto a Palacio de Aiete. Un lugar bucólico, de gran belleza y tranquilidad.
Ha sido la segunda boda en la que ha participado Sotto Voce esta semana. Además, con la misma agrupación que en la anterior.
Hoy hemos tenido la ocasión de volver a tocar en una boda en la iglesia de San Vicente, en la Parte Vieja donostiarra.
Una ceremonia celebrada en un día y horario poco habitual, viernes a las 12,30, pero no por casualidad. Se trata de una fecha muy especial para Paula, la novia, ya que es devota de la Virgen de Fátima y en este día se celebra su festividad.
En torno a esta celebración se ha elaborado el programa. El Ave María en el ofertorio era obligado y en la comunión el Ave Verum.